2 Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová, y Señor de ira; Jehová, que se venga de sus adversarios, y que guarda enojo para sus enemigos.
3 Jehová es tardo para la ira, y grande en poder, y no tendrá al culpado por inocente. Jehová marcha entre la tempestad y turbión, y las nubes son el polvo de sus pies.
4 El amenaza á la mar, y la hace secar, y agosta todos los ríos: Basán fué destruído, y el Carmelo, y la flor del Líbano fué destruída.
5 Los montes tiemblan de él, y los collados se deslíen; y la tierra se abrasa á su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pié en el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.
7 Bueno es Jehová para fortaleza en el día de la angustia; y conoce á los que en él confían.
8 Mas con inundación impetuosa hará consumación de su lugar, y tinieblas perseguirán á sus enemigos.
9 ¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación: la tribulación no se levantará dos veces.
10 Porque como espinas entretegidas, mientras se embriagarán los borrachos, serán consumidos como las estopas llenas de sequedad.
11 De ti salió el que pensó mal contra Jehová, un consultor impío.
12 Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, así serán talados, y él pasará. Bien que te he afligido, no más te afligiré.
13 Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.
14 Mas acerca de ti mandará Jehová, que nunca más sea sembrado alguno de tu nombre: de la casa de tu dios talaré escultura y estatua de fundición, haréla tu sepulcro; porque fuiste vil.
15 He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos: porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.